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[B]Mario Benedetti
[/B][I]Uruguai[/I][B] [FONT=Book Antiqua][SIZE=3]Te quiero[/SIZE][/FONT] [/B][FONT=Book Antiqua][SIZE=3] Tus manos son mi caricia, mis acordes cotidianos; te quiero porque tus manos trabajan por la justicia. Si te quiero es porque sos mi amor, mi cómplice, y todo. Y en la calle codo a codo somos mucho más que dos. Tus ojos son mi conjuro contra la mala jornada; te quiero por tu mirada que mira y siembra futuro. Tu boca que es tuya y mía, Tu boca no se equivoca; te quiero por que tu boca sabe gritar rebeldía. Si te quiero es porque sos mi amor mi cómplice y todo. Y en la calle codo a codo somos mucho más que dos. Y por tu rostro sincero. Y tu paso vagabundo. Y tu llanto por el mundo. Porque sos pueblo te quiero. Y porque amor no es aurora, ni cándida moraleja, y porque somos pareja que sabe que no está sola. Te quiero en mi paraíso; es decir, que en mi país la gente vive feliz aunque no tenga permiso. Si te quiero es por que sos mi amor, mi cómplice y todo. Y en la calle codo a codo somos mucho más que dos.[/SIZE][/FONT] |
[B]No te salves[/B]
No te quedes inmóvil al borde del camino no congeles el júbilo no quieras con desgana no te salves ahora ni nunca. No te salves no te llenes de calma no reserves del mundo sólo un rincón tranquilo no dejes caer lo párpados pesados como juicios no te quedes sin labios no te duermas sin sueño no te pienses sin sangre no te juzgues sin tiempo. Pero si pese a todo no puedes evitarlo y congelas el jubilo y quieres con desgana y te salvas ahora y te llenas de calma y reservas del mundo sólo un rincón tranquilo y dejas caer los párpados pesados como juicios y te secas sin labios y te duermes sin sueño y te piensas sin sangre y te juzgas sin tiempo y te quedas inmóvil al borde del camino y te salvas entonces no te quedes conmigo. [URL="http://www31.brinkster.com/benedetti/xhtml/poemas.html#"]Mario Benedetti[/URL] |
[B] Viceversa [/B]
Tengo miedo de verte necesidad de verte esperanza de verte desazones de verte tengo ganas de hallarte preocupación de hallarte certidumbre de hallarte pobres dudas de hallarte tengo urgencia de oírte alegría de oírte buena suerte de oírte y temores de oirte o sea resumiendo estoy jodido y radiante quizá más lo primero que lo segundo y también viceversa. |
[B]Me sirve y no me sirve[/B]
La esperanza tan dulce tan pulida tan triste la promesa tan leve no me sirve no me sirve tan mansa la esperanza la rabia tan sumisa tan débil tan humilde el furor tan prudente no me sirve no me sirve tan sabia tanta rabia el grito tan exacto si el tiempo lo permite alarido tan pulcro no me sirve no me sirve tan bueno tanto trueno el coraje tan dócil la bravura tan chirle la intrepidez tan lenta no me sirve no me sirve tan fría la osadía sí me sirve la vida que es vida hasta morirse el corazón alerta sí me sirve me sirve cuando avanza la confianza me sirve tu mirada que es generosa y firme y tu silencio franco sí me sirve me sirve la medida de tu vida me sirve tu futuro que es un presente libre y tu lucha de siempre si me sirve me sirve tu batalla sin medalla me sirve la modestia de tu orgullo posible y tu mano segura sí me sirve me sirve tu sendero compañero. |
[LEFT][LEFT][B]A unos Pies[/B]
[I]de Adelardo Lopez de Ayala[/I] Me parecen tus pies, cuando diviso que la falda traspasan y bordean, dos niños que traviesos juguetean en el mismo dintel del Paraíso. Quiso el amor y mi fortuna quiso que ellos el fiel de mi esperanza sean; si aparecen, de pronto me recrean; cuando se van, me afligen de improviso. ¡Oh, pies idolatrados; yo os imploro! Y pues sabéis mover todo el palacio por quien el alma enamorada gime, traed a mi regazo mi tesoro y yo os aliviaré por largo espacio del dulcísimo peso que os oprime.[/LEFT] [/LEFT] |
edhe disa poezi nga Adelardo Lopez de Ayala
[B]El Sol y la Noche
[/B]Encendido en sus propias llamaradas, la sed devora al luminar del día, y, eterno amante de la noche fría, persigue sus espaldas enlutadas. Ansioso de sus sombras regaladas, en vano corre la abrasada vía; que él mismo va poniendo el bien que ansía donde nunca penetran sus miradas. La dicha ausente, y el afán consigo, arde y redobla su imposible instancia, llevando en sus entrañas su enemigo... ¡Así corro con bárbara constancia, y siempre encuentro mi ansiedad conmigo y el bien ansiado a la mayor distancia! [B]La Cita [/B]¡Es ella..! Amor sus pasos encamina... Siento el blando rumor de su vestido... Cual cielo por el rayo dividido, mi espíritu de pronto se ilumina. Mil ansias, con la dicha repentina, se agitan en mi pecho conmovido, cual bullen los polluelos en el nido cuando la tierna madre se avecina. ¡Mi bien! ¡Mi amor!: ¡Por la encendida y clara mirada de tus ojos, con anhelo penetra el alma, de tu ser avara..! ¡Ay!, ¡ni el ángel caído más consuelo pudiera disfrutar, si penetrara segunda vez en la región del cielo! [B]Sin Palabras [/B]Mil veces con palabras de dulzura esta pasión comunicarte ansío; mas, ¿qué palabras hallaré, bien mío, que no haya profanado la impostura? Penetre en ti callada mi ternura, sin detenerse en el menor desvío, como rayo de luna en claro río, como aroma sutil en aura pura. Ábreme el alma silenciosamente, y déjame que inunde satisfecho sus regiones, de amor y encanto llenas... Fiel pensamiento, animaré tu mente; afecto dulce, viviré en tu pecho; llama suave, correré en tus venas. [LEFT] [/LEFT] |
[B]Unos morras Lapsos me shkruos,
Por shqipos se ndryshejs spo dios, Njeos Poezios Shpanjollos, Oh po me dhimbos Dores, Synos spo shohos shumos, Veq dijo se unos te duos, Mos harrosos Shpirtos,Zemros, Tdua pa fljalos nvetmios pa tyos. Hahahahahahah Mfal Egi veq pak me ba Disponim perbes. veq Vazhdo me dit me marr vesh kisha pas qef mej lexu. Me respekt Malsori te prsh. e klm.[/B] |
[B]Ausencia de Dios[/B]
Digamos que te alejas definitivamente hacia el pozo de olvido que prefieres, pero la mejor parte de tu espacio, en realidad la única constante de tu espacio, quedará para siempre en mí, doliente, persuadida, frustrada, silenciosa, quedará en mí tu corazón inerte y sustancial, tu corazón de una promesa única en mí que estoy enteramente solo sobreviviéndote. Despues de ese dolor redondo y eficaz, pacientemente agrio, de invencible ternura, ya no importa que use tu insoportable ausencia ni que me atreva a preguntar si cabes como siempre en una palabra. Lo cierto es que ahora ya no estás en mi noche desgarradoramente idéntica a las otras que repetí buscándote, rodeándote. Hay solamente un eco irremediable de mi voz como niño, esa que no sabía. Ahora qué miedo inútil, qué vergüenza no tener oración para morder, no tener fe para clavar las uñas, no tener nada más que la noche, saber que Dios se muere, se resbala, que Dios retrocede con los brazos cerrados, con los labios cerrados, con la niebla, como un campanario atrozmente en ruinas que desandara siglos de ceniza. Es tarde. Sin embargo yo daría todos los juramentos y las lluvias, las paredes con insultos y mimos, las ventanas de invierno, el mar a veces, por no tener corazón en mí, tu corazón inevitable y doloroso en mí que estoy enteramente solo sobreviviéndote. |
[I] Juan Ramón Jiménez[/I]
[FONT="Book Antiqua"][SIZE="3"][B]AMOR[/B] El amor, ¿a qué huele? Parece, cuando se ama, que el mundo entero tiene rumor de primavera. Las hojas secas tornan y las ramas con nieve, y él sigue ardiente y joven, oliendo a la rosa eterna. Por todas partes abre guirnaldas invisibles, todos sus fondos son líricos -risa o pena-, la mujer a su beso cobra un sentido mágico que, como en los senderos, sin cesar se renueva... Vienen al alma música de ideales conciertos, palabras de una brisa liviana entre arboledas; se suspira y se llora, y el suspiro y el llanto dejan como un romántico frescor de madreselvas...[/SIZE][/FONT] |
[B][SIZE=2]Alfonsina Storni- Adios![/SIZE][/B]
[SIZE=2][/SIZE] Las cosas que mueren jamás resucitan, las cosas que mueren no tornan jamás. ¡Se quiebran los vasos y el vidrio que queda es polvo por siempre y por siempre será! Cuando los capullos caen de la rama dos veces seguidas no florecerán... ¡Las flores tronchadas por el viento impío se agotan por siempre, por siempre jamás! ¡Los días que fueron, los días perdidos, los días inertes ya no volverán! ¡Qué tristes las horas que se desgranaron bajo el aletazo de la soledad! ¡Qué tristes las sombras, las sombras nefastas, las sombras creadas por nuestra maldad! ¡Oh, las cosas idas, las cosas marchitas, las cosas celestes que así se nos van! ¡Corazón... silencia!... ¡Cúbrete de llagas!... ?de llagas infectas? ¡cúbrete de mal!... ¡Que todo el que llegue se muera al tocarte, corazón maldito que inquietas mi afán! ¡Adiós para siempre mis dulzuras todas! ¡Adiós mi alegría llena de bondad! ¡Oh, las cosas muertas, las cosas marchitas, las cosas celestes que no vuelven más! ... // |
Alfonsina Storn
[B][SIZE=2]Alma desnuda[/SIZE][/B]
[SIZE=2]Soy un alma desnuda en estos versos, Alma desnuda que angustiada y sola Va dejando sus pétalos dispersos. Alma que puede ser una amapola, Que puede ser un lirio, una violeta, Un peñasco, una selva y una ola. Alma que como el viento vaga inquieta Y ruge cuando está sobre los mares, Y duerme dulcemente en una grieta. Alma que adora sobre sus altares, Dioses que no se bajan a cegarla; Alma que no conoce valladares. Alma que fuera fácil dominarla Con sólo un corazón que se partiera Para en su sangre cálida regarla. Alma que cuando está en la primavera Dice al invierno que demora: vuelve, Caiga tu nieve sobre la pradera. Alma que cuando nieva se disuelve En tristezas, clamando por las rosas con que la primavera nos envuelve. Alma que a ratos suelta mariposas A campo abierto, sin fijar distancia, Y les dice: libad sobre las cosas. Alma que ha de morir de una fragancia De un suspiro, de un verso en que se ruega, Sin perder, a poderlo, su elegancia. Alma que nada sabe y todo niega Y negando lo bueno el bien propicia Porque es negando como más se entrega. Alma que suele haber como delicia Palpar las almas, despreciar la huella, Y sentir en la mano una caricia. Alma que siempre disconforme de ella, Como los vientos vaga, corre y gira; Alma que sangra y sin cesar delira Por ser el buque en marcha de la estrella.[/SIZE] // |
Alfonsina Storni
[B][SIZE=2]Dolor - kete poezi e preferoj
[/SIZE][/B] Quisiera esta tarde divina de octubre pasear por la orilla lejana del mar; que la arena de oro, y las aguas verdes, y los cielos puros me vieran pasar. Ser alta, soberbia, perfecta, quisiera, como una romana, para concordar con las grandes olas, y las rocas muertas y las anchas playas que ciñen el mar. Con el paso lento, y los ojos fríos y la boca muda, dejarme llevar; ver cómo se rompen las olas azules contra los granitos y no parpadear; ver cómo las aves rapaces se comen los peces pequeños y no despertar; pensar que pudieran las frágiles barcas hundirse en las aguas y no suspirar; ver que se adelanta, la garganta al aire, el hombre más bello, no desear amar... Perder la mirada, distraídamente, perderla y que nunca la vuelva a encontrar: y, figura erguida, entre cielo y playa, sentirme el olvido perenne del mar. |
Alfonsina Storni
[B][SIZE=2]Esta tarde[/SIZE][/B] [SIZE=2]
Ahora quiero amar algo lejano... Algún hombre divino Que sea como un ave por lo dulce, Que haya habido mujeres infinitas Y sepa de otras tierras, y florezca La palabra en sus labios, perfumada: Suerte de selva virgen bajo el viento... Y quiero amarlo ahora. Está la tarde Blanda y tranquila como espeso musgo, Tiembla mi boca y mis dedos finos, Se deshacen mis trenzas poco a poco. Siento un vago rumor... Toda la tierra Está cantando dulcemente... Lejos Los bosques se han cargado de corolas, Desbordan los arroyos de sus cauces Y las aguas se filtran en la tierra Así como mis ojos en los ojos Que estoy sonañdo embelesada... Pero Ya está bajando el sol de los montes, Las aves se acurrucan en sus nidos, La tarde ha de morir y él está lejos... Lejos como este sol que para nunca Se marcha y me abandona, con las manos Hundidas en las trenzas, con la boca Húmeda y temblorosa, con el alma Sutilizada, ardida en la esperanza De este amor infinito que me vuelve Dulce y hermosa...[/SIZE] |
[B][SIZE=2]Alfonsina Storni - Frente al mar[/SIZE][/B]
Oh mar, enorme mar, corazón fiero De ritmo desigual, corazón malo, Yo soy más blanda que ese pobre palo Que se pudre en tus ondas prisionero. Oh mar, dame tu cólera tremenda, Yo me pasé la vida perdonando, Porque entendía, mar, yo me fui dando: «Piedad, piedad para el que más ofenda». Vulgaridad, vulgaridad me acosa. Ah, me han comprado la ciudad y el hombre. Hazme tener tu cólera sin nombre: Ya me fatiga esta misión de rosa. ¿Ves al vulgar? Ese vulgar me apena, Me falta el aire y donde falta quedo, Quisiera no entender, pero no puedo: Es la vulgaridad que me envenena. Me empobrecí porque entender abruma, Me empobrecí porque entender sofoca, ¡Bendecida la fuerza de la roca! Yo tengo el corazón como la espuma. Mar, yo soñaba ser como tú eres, Allá en las tardes que la vida mía Bajo las horas cálidas se abría... Ah, yo soñaba ser como tú eres. Mírame aquí, pequeña, miserable, Todo dolor me vence, todo sueño; Mar, dame, dame el inefable empeño De tornarme soberbia, inalcanzable. Dame tu sal, tu yodo, tu fiereza. ¡Aire de mar!... ¡Oh, tempestad! ¡Oh enojo! Desdichada de mí, soy un abrojo, Y muero, mar, sucumbo en mi pobreza. Y el alma mía es como el mar, es eso, Ah, la ciudad la pudre y la equivoca; Pequeña vida que dolor provoca, ¡Que pueda libertarme de su peso! Vuele mi empeño, mi esperanza vuele... La vida mía debió ser horrible, Debió ser una arteria incontenible Y apenas es cicatriz que siempre duele. |
[B]Alfonsina Storni[/B]
[B] [SIZE=2]Golondrinas[/SIZE][/B] Las dulces mensajeras de la tristeza son... son avecillas negras, negras como la noche. ¡Negras como el dolor! ¡Las dulces golondrinas que en invierno se van y que dejan el nido abandonado y solo para cruzar el mar! Cada vez que las veo siento un frío sutil... ¡Oh! ¡Negras avecillas, inquietas avecillas amantes de abril! ¡Oh! ¡Pobres golondrinas que se van a buscar como los emigrantes, a las tierras extrañas, la migaja de pan! ¡Golondrinas, llegaos! ¡Golondrinas, venid! ¡Venid primaverales, con las alas de luto llegaos hasta mí! Sostenedme en las alas... Sostenedme y cruzad de un volido tan sólo, eterno y más eterno la inmensidad del mar... ¿Sabéis cómo se viaja hasta el país del sol?... ¿Sabéis dónde se encuentra la eterna primavera, la fuente del amor?... ¡Llevadme, golondrinas! ¡Llevadme! ¡No temáis! Yo soy una bohemia, una pobre bohemia ¡Llevadme donde vais! ¿No sabéis, golondrinas errantes, no sabéis, que tengo el alma enferma porque no puedo irme volando yo también? ¡Golondrinas, llegaos! ¡Golondrinas, venid! ¡Venid primaverales! ¡Con las alas de luto llegaos hasta mí! ¡Venid! ¡Llevadme pronto a correr el albur!... ¡Qué lástima, pequeñas, que no tengáis las alas tejidas en azul! // |
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